Las cerraduras eléctricas en un vehículo son muy convenientes y se han vuelto una costumbre. Sin embargo, con el tiempo estos accionadores pueden trabarse, principalmente por la mugre y por que el viejo lubricante se ha vuelto pegajoso. También la humedad puede provocar que el accionador no funcione adecuadamente porque el engranaje de metal de la puerta esté dañado. Afortunadamente, el remedio es fácil en la mayoría de los casos y probablemente en tu mismo garaje.

Retira el panel de la puerta que presenta el problema de cerradura, usando los destornilladores adecuados. Consulta una copia esquemática del auto para descubrir la ubicación de los tornillos que necesitas retirar, si es necesario.

Afloja suavemente la cubierta plástica de protección de las partes internas de la puerta. Retira el plástico y déjalo aparte, teniendo cuidado de no retirar la parte de hule con adhesivo de alrededor de la tapicería.

Agarra la varilla del accionador. Éste es una carcasa de plástico blanca o negra con la varilla conectada a la cerradura. Al abrir y cerrar la puerta desde el control remoto o del interruptor de la puerta, mueve la varilla para que puedas hacerlo.

Mantén la varilla en su posición de apertura después de unos cuantos ciclos. Rocía una generosa cantidad de lubricante en el accionador y sobre la varilla. Deja que penetre el lubricante en el accionador y en la varilla durante 10 a 15 minutos. Lubricantes como este desplazan la humedad y eliminan la contaminación.

Inserta la punta del aplicador de aceite dentro del borde del accionador. Bombea dos o tres gotas dentro del mismo. Déjalo que actúe por unos cuantos minutos para que penetre completamente.

Abre y cierra la puerta unas cuantas veces para asegurarte de que el lubricante cubre adecuadamente lo necesario. Regresa el panel y la tapicería, después de que hayas quedado satisfecho con el funcionamiento de la cerradura y el accionador.