La compañía General Motors (GM) produce motores diésel Duramax para su uso en las camionetas y furgonetas de las líneas Chevrolet y GMC. Las especificaciones de este motor, junto con la bomba de combustible con la que está equipado, lo colocan en otro nivel respecto a muchos otros motores diésel en el siglo XXI.

Sin bomba eléctrica de circulación

Muchos motores diésel están equipados con una bomba de circulación electrónica que ayuda a mantener la presión del combustible cuando sale del tanque. Debido a que el diésel es algo más espeso que la gasolina y su flujo puede volverse más lento a bajas temperaturas, los anteriores motores solían utilizar una bomba eléctrica, lo que significaba que el motor poseía, de hecho, dos bombas de combustible: una para extraer el combustible del tanque y la otra para presurizar el combustible antes de inyectarlo en el motor. Este no es el caso del motor Duramax, por lo que su diseño es más simple y menos proclive a sufrir costosos desperfectos en su sistema de combustible.

Inyección por Common Rail

La bomba de combustible Duramax está diseñada para operar con el sistema de inyección por common rail, o colector común, de manera similar a un motor a gasolina, donde un mismo conducto de combustible alimenta a múltiples inyectores. Otros tipos de motores utilizaban el sistema de inyección lineal, donde cada inyector era alimentado de manera individual. Con el sistema common rail que la bomba Duramax de alta presión hace posible, el combustible que no es utilizado para la combustión regresa al tanque y el motor puede tener un diseño mucho más simple.

Presión de inyección más alta

La bomba diésel Duramax puede producir una presión máxima de inyección de 23.000 libras por pulgada cuadrada (1.616 kg/cm2). Como resultado, la entrega de combustible es muy potente, a diferencia de los sistemas más débiles anteriores que no utilizaban el common rail.

Inyección directa

La bomba Duramax es lo bastante potente como para permitir la inyección del combustible directamente en los cilindros, en lugar de hacerlo a través del colector de admisión, como en los motores de gasolina. Esto ahorra tiempo y combustible.