Componentes de la homeostasis

Cells

Chad Baker/Photodisc/Getty Images

La homeostasis es un procedimiento dinámico de cuatro partes que asegura que se mantengan las condiciones ideales dentro de las células vivas, a pesar de los constantes cambios internos y externos. Los cuatro componentes de la homeostasis son un cambio, un receptor, un centro de control y un efector. Una célula o sistema sano mantiene la homeostasis, lo que también es llamado "estar en equilibrio".

Cambio

Los cambios ocurren constantemente dentro y alrededor de los sistemas vivos. Un cambio es cualquier cosa que provoque una reacción en la célula, como un cambio de temperatura, de presión o de la composición química dentro y fuera de la célula.

Receptor

Una vez que ocurre el cambio, es trabajo de los receptores detectar el cambio y alertar el adecuado control central para contrarrestarlo, haciendo que la célula y es sistema general vuelvan a un estado de equilibrio: la homeostasis. Por ejemplo, la presión sanguínea se ha elevado luego de un ejercicio intenso. Los receptores de ciertas arterias detectarán el aumento de presión y enviarán impulsos al control central del cuerpo para el sistema cardiovascular: la médula oblonga. Los receptores, o terminaciones nerviosas, están ubicados en todos los sistemas y tejidos.

Control central

Cuando el control central recibe impulsos nerviosos de sus receptores remotos, envía órdenes al efector para contrarrestar el cambio en el entorno. Usando el mismo ejemplo, la médula oblonga ordena al efector (el corazón, en este caso) que disminuya su ritmo. El control central está ubicado en el cerebro.

Efector

El efector actúa sobre los impulsos de su centro de comandos específico, contrarrestando el cambio y retornando el entorno interno y externo de la célula al estado de equilibrio. Los efectores son los agentes de cambio físico como el corazón, los órganos y los líquidos corporales, las bestias de carga de la homeostasis.

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