¿Cómo hago que mi correa serpentina deje de chillar?
La correa serpentina o del ventilador, como algunos la llaman, transfiere potencia del árbol de levas a varios accesorios del motor, como el alternador, la bomba de la dirección, etc. Cuando la correa no mantiene adhesión constante en los diferentes engranes, comienza a resbalarse y a chillar. Con frecuencia, el chillido es causado por la humedad en el lado acanalado de la correa.
Revisando las coas
Arranca el motor y alza el capó. Recuerda mantener tus manos y ropas lejos del motor y sus componentes. Con una linterna, busca con cuidado un punto en el que puedas rociar la correa con WD-40 de forma que el lado acanalado de la correa quede cubierto por el líquido justo antes de entrar en los engranes. Con frecuencia, el lugar exacto donde ocurre el chillido puede ser determinado al escuchar el sonido y observar la correlación entre el sonido y el viaje de la correa.
Apaga el chillido
Asegúrate de ponerte las gafas protectoras y no quedar en línea con la correa, pues el WD-40 suele salir disparado y puede manchar la ropa.
Rocía suficiente WD-40 sobre la correa para cubrir ligeramente el área donde ocurre el chillido. Dosis cortas y fuertes suelen funcionar mejor para asegurar que la correa no quede saturada. Saturar la correa resultará en que se resbale en exceso, lo que podría dañarla. El WD-40 es un lubricante de desplazamiento de agua y debe remover el exceso de humedad en las muescas de la correa. En la mayoría de los casos, eliminar la humedad resolverá el chillido.
Deja que el motor funcionando por varios minutos, luego rocía lubricante de bandas en la correa, de la misma forma que lo hiciste antes. Esto le dará un tratamiento a la correa y eliminará cualquier otro contaminante que haya sobre la superficie acanalada. Como con el WD-40, no satures la correa. Mantén encendido el motor durante varios minutos para verificar que el chillido ha desaparecido.
Si todo lo demás falla
Si el chillido no para, o regresa con prontitud, la correa serpentina está glaseada. El glaseado ocurre después de que se ha resbalado por un tiempo prolongado sobre la superficie de uno o más engranes y usualmente esto se nota como una superficie brillante sobre el lado acanalado. Una correa glaseada chillará, pues ya no podrá mantener la fricción en los engranes y deberás cambiarla.
Una vez que has decidido cambiar la correa, asegúrate de memorizar su colocación antes de sacarla. La mayoría de los vehículos tienen un diagrama que indica como colocarla en algún punto del compartimiento del motor, generalmente cerca del radiador o debajo del capó. Antes de quitar la correa, verifica que cada engrane gire. Con frecuencia, una correa glaseada es resultado de un engrane en mal estado y con frecuencia, es síntoma de un problema mayor.