Los entusiastas del diesel a menudo se refieren a sus amadas centrales eléctricas por el título una vez considerado más de un epíteto que otra cosa. El apodo del motor "quemador de aceite" fue bien merecido en un tiempo, mientras legiones de camiones y trenes se esparcían por el campo arrojando enormes nubes negras de aspecto maligno. La nueva generación de motores diesel limpios no han eliminado totalmente el humo, pero el exceso de humo sigue siendo la pesadilla del "quemador de aceite".

Humo negro

Los diesel son motores acelerados de combustible, lo que significa que las rpm son controladas únicamente por la cantidad de combustible que entra en el motor: mientras más combustible entra, mayor potencia hará el motor dentro de las limitaciones del oxígeno presente. El humo negro en sí es en realidad carbón vaporizado, y es como se ve el combustible diesel cuando se pone muy caliente, pero no tiene suficiente oxígeno para la combustión. Dicho de otra manera, el humo es lo que pasa cuando tienes demasiado combustible y no el aire suficiente como para que se queme.

Fugas del turbocompresor

Las fugas del turbocompresor impulsor y el mal funcionamiento del turbo son probablemente los mayores contribuyentes al humo excesivo del motor. La turboalimentación realmente se convirtió en una práctica común en los años 60 y 70. El turbo incrementó drásticamente el poder de empujar más oxígeno en el motor y dejar que se queme más combustible. Las emisiones más limpias son un importante, si fueron no intencionales, efecto adverso a la turboalimentación. Los diesel más modernos se han vuelto dependientes del turbocompresor hasta el punto de que no pueden funcionar correctamente sin él, cualquier interrupción en el suministro de este impulso forzará tu motor hasta el punto de que pueda, una vez más, producir humo.

Una carga de aire caliente

La compresión de aire hace que sea más caliente, y el aire caliente (en volumen) contiene menos oxígeno que el aire fresco. Muchos de los nuevos motores diesel usan refrigerador, que son radiadores utilizados ​​para enfriar la carga de aire entrante después de que el turbo lo ha comprimido. Este es más una solución que un problema, ya que un mal funcionamiento de un refrigerador es poco probable a menos que haya algo bloqueando físicamente el flujo de aire a través de él. Sin embargo, agregar un refrigerador intermedio o un refrigerador mayor aumentará la cantidad de aire que entra en el motor. Esto puede ayudar a un diesel propenso al humo a correr un poco más fresco y más limpio en general.

Programación de mercados de postventa

Los motores diesel modernos se caracterizan por su capacidad de lograr una enorme potencia con poco más que un nuevo programa informático y un pellizco a la curva de aumento del turbo. Inyectar grandes cantidades de combustible extra fue una vez la salida para los programadores de mercado de postventa, una estrategia que hizo ganar más potencia, pero resultaron en enormes nubes de humo negro y temperaturas de escape elevadas y destructivas de la gasolina (EGTs). Los arrancadores de diesel modernos se han vuelto mucho más inteligentes en los últimos años, y muchos han introducido programas actualizados que optimizan la eficiencia del motor a través de la sincronización de la inyección en lugar de simplemente verter más gasolina y tener suerte.

Otras causas

No toda introducción de exceso de combustible es intencional. Las fugas o inyectores tapados pueden inyectar más combustible de lo que necesita el motor, por lo tanto provocando humo. Debido a que el combustible diesel es básicamente aceite, el motor es más que capaz de quemar cualquier aceite de motor que llegue a los cilindros. Las fugas en los sellos de la válvula son poco probable, ya que la presión de sobrealimentación forzará al aceite hacia el tren de válvulas, pero las fugas de aceite en los sello del turbo son comunes para los mayores turbos y de hecho causarán humos. Si se producen fugas del sello, entonces es posible que quieras probar verificar la línea de drenaje trasero del aceite antes de romper el turbo. Las líneas de drenaje trasero a menudo obstruyen con carbono y lodos, forzando la presión de aceite en el turbo para empujar lubricante pasando el sello del eje y al motor.