La depreciación se define como el gasto asociado al uso de un activo. Si tu empresa dispone de un automóvil que se usa para negocios, éste tiene que ser amortizado en el tiempo, para que la empresa tenga una buena idea de lo que cuesta realmente utilizar el activo. Una de las maneras en que podría depreciarse un auto es a través del kilometraje. Este método disminuye el valor del vehículo basado en el kilometraje recorrido.

Instrucciones

Escribe el valor real del vehículo. Este es el valor con el que comenzarás para calcular la depreciación.

Determina por cuánto tiempo te quedarás con el auto. La edad del vehículo será uno de los factores que determinará su valor de recuperación.

Determina el valor de recuperación del auto. Utiliza el libro de Kelley Blue: Guía de Autos Usados ​​(ver Recursos) para tener una idea del porcentaje de valor perdido en el tiempo y las condiciones de la marca y el modelo y el período que piensas ser dueño del mismo. Si el modelo ha tenido una larga vida útil, haz varios cálculos para tener un panorama completo de cuál puede ser el valor del auto.

Calcula cuántos kilómetros totales realizará el auto a lo largo de su vida útil. Por lo general, se calcula que es de 19,312 kilómetros por año, pero este número puede variar en base al uso histórico del auto para tu compañía. Si sabes que el auto se utiliza mucho, aplica un número mayor y multiplícalo por la vida útil del mismo.

Resta el valor de recuperación proyectada del vehículo desde el costo. Luego, divide ese número por el total de kilómetros que se recorrerán. Esa es la tasa de kilometraje de la depreciación. Cada año, calcula el kilometraje total del odómetro y multiplícalo por la tasa de kilometraje.

Consejos

El kilometraje no es la única manera de depreciar un auto. A menudo, las compañías utilizan un método simple de porcentaje del valor para determinar los gastos de depreciación. Pregunta qué método se utilizará cuando se adquiera un nuevo activo.

Advertencias

Tómate tu tiempo para predecir con exactitud el uso general del vehículo, con el fin de obtener los cálculos de depreciación de la mejor manera posible. Si tu presupuesto es incorrecto y luego vendes el coche, puedes tener complicaciones con consecuencias fiscales (especialmente si el valor de recuperación es mayor que el valor de depreciación - lo que significa que obtienes una ganancia).