Una fuga puede causar daños a la transmisión si se pasa por alto. Las reparaciones pueden llegar a costar miles de dólares. Una fuga inadecuada puede causar el cambio inapropiado y el endurecimiento de las juntas. Los escapes pueden ser causados por un sello de la junta de transmisión seco o desgastado. Revisa el líquido de la transmisión con la varilla en el compartimiento del motor. Incluso no ves una fuga, esta puede estar presente. Si tu transmisión tiene una fuga de líquido, podrás ver el fluido de color rojo o marrón en el suelo. Si tienes una fuga grave, lleva tu vehículo a un mecánico.

Compra una botella para detener el fluido de la transmisión en la tienda de partes de vehículos. Encuentra uno que sea compatible con el modelo de fabricación de tu vehículo. Algunas marcas son compatibles con cualquier tipo de transmisión.

Levanta el capó de tu vehículo mientras está estacionado sobre una superficie plana. Tenerlo sobre una superficie plana te permitirá comprobar el nivel del líquido de transmisión que falta.

Vierte la botella entera en el depósito del líquido de transmisión. Asegúrate de no llenarlo de más. Si no se puede verter todo el contenido de la botella, añade suficiente para reemplazar el líquido que falta. Si, después de añadir el líquido, el nivel de la transmisión aún es bajo, tendrás que agregar suficiente líquido como para reemplazar lo que falta.

Maneja el vehículo por los siguientes tres días, o hasta 250 millas, y el líquido sellará la fuga.

Lleva tu vehículo al mecánico si la fuga empeora.