Los motores de auto tienen varias partes móviles que se calientan naturalmente por fricción. Transfiriendo calor a través de radiación térmica, los radiadores mantienen los motores frescos para evitar sobrecalentamientos. Una fuga en un radiador puede interferir con el proceso de refrigeración de un vehículo y causar un daño extenso y costoso al motor. Si tu radiador tiene una fuga, verás líquido que gotea o burbujea desde el origen. Eventualmente, el radiador con pérdida deberá ser reparado permanentemente por un mecánico, pero puedes hacer reparaciones temporales que te servirán hasta que veas a uno.

Asegúrate de que el auto haya tenido suficiente tiempo de descanso y su motor esté frío. Sigue el goteo de líquido para hallar el origen de la fuga del radiador.

Utiliza un trapo o una toalla para secar el área de la fuga. Si la filtración está en la manguera del radiador, utiliza tijeras para cortar un trozo de cinta adhesiva para ducto y colocarla alrededor de la manguera con al menos tres vueltas. Presiona firmemente la cinta adhesiva con cada pasada para asegurarte de que esté bien ajustada. Al pasar la cinta alrededor de la manguera, colócala en una posición que permita cubrir completamente el área de la fuga y se extienda apenas por encima y más allá del área de la misma.

Quita la tapa del radiador, si la fuga está en el cuerpo del mismo, y agrega 1 o 2 cucharadas de pimienta negra molida al radiador. La pimienta negra funciona como barrera expandiéndose cuando toca el agua del radiador, y así bloqueando el origen de la fuga.

Llena el radiador con la cantidad apropiada de agua una vez que hayas reparado el origen de la fuga. Vuelve a colocar la tapa del radiador.

Lleva la pimienta negra y un contenedor de agua en tu baúl. Puede ser necesario agregar más pimienta y líquido si el radiador comienza a gotear nuevamente, antes de que llegues con el mecánico.

Advertencias

Asegúrate de que el motor esté apagado y frío antes de intentar la reparación.