El refrigerante del motor tiene muchas vías de escape. En su mayor parte, las fugas en el sistema de refrigeración pueden ser confirmadas por pruebas bajo el vehículo. Las fugas también se pueden ver en el suelo del lado del pasajero si se origina una fuga en el núcleo del calentador. La pérdida de líquido refrigerante que no es evidente es por lo general debido a un problema con el radiador o bien que el motor esté ingiriendo el líquido refrigerante en los cilindros debido a una fuga en la junta de culata.

Retira el tapón del radiador y revisa el nivel del líquido refrigerante. Revisa el tapón del radiador y del fluido para ver si tiene una apariencia turbia, lo cual sugiere que el aceite ha entrado en el sistema de refrigeración. Llena el radiador según sea necesario.

Tira de la varilla y del tapón de llenado del aceite e inspecciona ambos para ver si tienen una apariencia turbia. Si cualquier contaminación del aceite se muestra en esta prueba y en el paso 1, entonces la junta de culata ha sido comprometida y debe ser reemplazada.

Instala el probador de presión del radiador y bombéalo a 17 libras (7,65 Kg) de presión. Inspecciona completamente el tren de aterrizaje para revisar que no hayan fugas. Comprueba la bomba de agua, las tomas de la helada, las mangueras, el colector de admisión, el radiador y el núcleo calentador. Si encuentras una fuga, entonces repárala y vuelve a realizar la prueba. Si la fuga no se encuentra, entonces continúa con el Paso 4.

Retira las bujías. Pbserva para ver si hay evidencias de la contaminación del agua. Esto se manifiesta ya sea como humedad en la bujía o una bujía completamente limpio debido al agua caliente. Pídele a alguien que gire el motor, con todas las bujías afuera. Ten cuidado con el agua que sale de los agujeros. Un agua que se sople hacia fuera de los agujeros de las bujías mientras el motor está siendo girado indica una junta de culata soplada.

Advertencias

Nunca intentes abrir la tapa del radiador cuando el motor está caliente. El sistema de refrigeración está bajo presión y el agua caliente te explotará en la cara. No serás capaz de cerrar la tapa una vez que comiences la apertura de la misma. El agua a presión y las mezcla del anticongelante pueden alcanzar temperaturas de 240 grados Fahrenheit (115,55 ºC) o más.