Cómo limpiar un tanque de gasolina oxidado
¡Tanque viejo oxidado!
La corrosión de un tanque de gasolina nunca es algo bueno y debería ser tratado antes de que la oxidación se extienda a través del metal y desarrolles una fuga. El tanque de gasolina tiene mucho maltrato recogiendo una gran cantidad de agua y sales en el camino que inician el proceso de oxidación. ¡Este artículo proporcionará información sobre cómo limpiar el exterior del tanque y también protegerlo para el futuro!
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Con gafas de seguridad, desengrasa el tanque pulverizándolo hacia abajo, frotando con tu cepillo y una manguera limpia.
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Quita cualquier pintura descascarada y los residuos que no se limpiaron con el desengrasante. Usa una espátula de plástico.
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Lija las manchas oxidadas y los residuos restantes utilizando papel de lija de grano 120 y 60 si necesitas lijar cualquier mancha de óxido. Haz un seguimiento con grano 220 sobre todo el tanque para el lijado general. Éste debería hacerse a mano en lugar de utilizar una lijadora eléctrica para evitar chispas. Toma cuidados especiales para evitar lijar o raspar alrededor de la sección de tubería que va adentro y afuera del tanque para no perturbar los accesorios. Tendrás después una superficie bastante lisa sobre todo el tanque.
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Limpia el polvo de lijado del tanque con trapos viejos o desengrasa y riega de nuevo para asegurarte de que el tanque está ahora tan limpio como sea posible.
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Con gafas de seguridad, rocía Naval Jelly o Rust Treatment en cualquier punto de metal descubierto junto con los puntos de óxido restantes y deja este producto secar. Estas sustancias químicas tratarán y preservarán el metal descubierto y neutralizarán la oxidación. Si descubres las áreas metálicas muy delgadas u orificios debido a tu eliminación de óxido detente inmediatamente, recoge cualquier goteo de combustible en un recipiente, drena el tanque si es posible y obtén ayuda profesional.
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Con guantes y gafas de seguridad, rocía todo el tanque con el revestimiento de protección de goma. Asegúrate de agitar bien la lata. Comienza en la parte superior del tanque y trabaja su forma hacia abajo. Rocía adentro incluso chorros en vez de sostener la cabeza de la boquilla hacia abajo todo el tiempo lo cual puede causar corrientes y manchas y gotas fuertes. El cabezal de la boquilla debería estar aproximadamente de 8 a 10 pulgadas (20 a 25 cm) de tu objetivo. Este producto es grueso y tiene tendencia a correrse. Por lo general 2 capas más ligeras funcionan mejor. Una puede ser suficiente, pero es posible que necesites una segunda lata.
Consejos
Después de que el revestimiento de protección esté seco puedes optar por rociarlo negro o gris oscuro posiblemente, para un aspecto más acabado.
Advertencias
Nunca uses lijadoras eléctricas o un raspador metálico al trabajar en el tanque. No quieres crear ninguna chispa que podría encender el combustible.
Si encuentras alguna fuga debido a tu lijado y limpieza del tanque, tales como agujeros, detente inmediatamente, recoge cualquier fuga de combustible en un recipiente, drena el tanque si es posible o consigue ayuda profesional.