El sistema de frenos es una de las partes más importantes de un automóvil. Los frenos son parte integral de la seguridad del vehículo así como del rendimiento. Al igual que la mayoría de los sistemas de autos, los frenos también requieren de un servicio de mantenimiento cada cierto tiempo, el cual incluye la sustitución de las pastillas de freno, que se desgastan por el uso. Aunque la mayoría de los autos nuevos vienen con las pastillas de freno semimetálicas, se encuentran disponibles otros tipos de pastillas de fabricantes de accesorios para automóviles, las cuales pueden ser mejor para algunos conductores.

Historia

Durante décadas, se tomaban pocas decisiones a la hora de elegir las pastillas de freno de repuesto. Las pastillas semimetálicas y de base de amianto se utilizaban indistintamente y se fabricaban de forma similar. Debido a que se disminuyó el uso de pastillas de asbesto por temas relacionados con la salud, nuevos materiales, incluyendo la cerámica, se empezaron a utilizar en su lugar. La aparición de las pastillas de freno de cerámica como una opción común en el mercado de accesorios se inició en la década de 1990. Hoy en día, se encuentran disponibles varios tipos distintos de pastillas de cerámica junto con una gama de semimetálicas y otras opciones.

Construcción

Las pastillas de freno semimetálicas están compuestas de trozos de metales diferentes, junto con un material adhesivo para mantener las piezas juntas y darle estructura a la pastilla de freno. Entre los metales usados ​se ​pueden encontrar cualquier cosa desde lana de acero hasta trozos de alambre de metal y polvo de hierro. El grafito y el cobre también se utilizan normalmente. En general, las pastillas semimetálicas contienen entre 30 y 65% de metal. Las pastillas de freno denominadas poco metálicas son similares, pero utilizan menos metal en su construcción. Las de cerámica están hechas principalmente de fibras de cerámica y también pueden contener una pequeña cantidad de metal.

Uso

Las pastillas de freno de cerámica y semimetálicas se utilizan de la misma manera una vez que se insertan en el sistema de frenado de un vehículo. Las pastillas de freno se utilizan en los frenos de disco, los cuales las utilizan para presionar a un rotor giratorio de disco. Las pastillas se unen a una pinza que se cierra al presionarse el pedal de freno dentro del auto. Estas producen fricción y un calor intenso por el roce contra el disco giratorio, por lo tanto desaceleran o detienen el auto. Con el tiempo, las pastillas se desgastan y se convierten en polvo de frenos que recubre el interior de la rueda o se descarga en la carretera. Una vez que se gastan lo suficiente, las mismas deben reemplazarse.

Ventajas

Las pastillas de freno de cerámica y semimetálicas tienen ciertas ventajas sobre otros tipos de pastillas. Las semimetálicas son económicas y proporcionan una excelente transferencia de calor desde el rotor. Esto ayuda a prevenir la deformación del rotor, la cual puede ocurrir cuando este se sobrecalienta. Además, estas pastillas de freno son duras y se desgastan poco a poco. Las de cerámica son más suaves y por lo tanto desgastan menos la superficie del rotor. También son silenciosas y buenas produciendo una fricción suave para una parada consistente.

Desventajas

Ambos tipos de pastillas de freno también tienen ciertas desventajas. Las pastillas de cerámica son más caras y, debido a que son tan suaves, se desgastan más rápidamente. También someten el rotor a más calor. Las pastillas semimetálicas pueden desgastar al mismo con mayor rapidez, lo que a la larga requiere que sea reemplazado. También pueden ser ruidosas, ya que contienen fragmentos de metal que entran en contacto con el rotor una vez que están expuestos a la superficie de la pastilla de freno. Esto producirá ruido hasta que el fragmento de metal en la almohadilla o el propio rotor se desgaste lo suficiente.