General Motors lanzó el motor Turbo Diésel 6.5L, parte de la serie Detroit Diesel, en 1992 para reemplazar al más pequeño 6.2L. Si tienes problemas para poner en marcha tu vehículo con este motor, hay algunas cosas que puedes comprobar primero para evitar el alto costo de ir a un mecánico.

Batería

La fuente de alimentación eléctrica común para el motor es la batería del vehículo. Con el Turbo Diesel 6.5L, muchos vehículos vienen equipados con dos baterías con el fin de poder alimentar correctamente el motor y otros componentes eléctricos. Afloja los tornillos que sujetan los terminales positivo y negativo de cada batería y comprueba que las superficies metálicas estén libres de óxido y corrosión. Si la batería se encuentra agrietada o deformada de alguna manera, deberá ser reemplazada por completo. Revisa los cables del terminal para detectar cualquier signo de desgaste.

Alternador

Debido a que el alternador almacena energía de la batería del motor para redirigirla hacia el resto de las piezas del motor, resulta igual de importante para arrancar el motor y mantenerlo funcionando. Desenrosca el cableado eléctrico por detrás del alternador y comprueba que no hayan signos de desgaste. Comprueba la polea del alternador por cualquier señal desgaste irregular o falta de tensión. Si deseas acceder y comprobar el estado de las escobillas del alternador, desenrosca los tornillos que sujetan el alternador en su lugar y voltéalo para poder verlas.

Encendido

Las bujías de calentamiento de un motor diésel calientan el motor y facilitar el arranque. Estas piezas son muy baratas y fáciles de reemplazar, por lo tanto, tratar de quitar estas piezas para repararlas, no resulta económico. En un motor a gasolina, deberías también quitar la tapa del distribuidor y comprobar el estado del cableado eléctrico y el rotor que se encuentra en su interior y sustituirlo si es necesario.