Las pistolas de aire comprimido utilizan pequeños cartuchos de metal de 8 gramos con aire comprimido o dióxido de carbono como un propulsor para disparar la pistola. Una vez insertado en la pistola el aire comprimido, el extremo estrecho del cartucho es perforado y el gas libera el CO2 de la pistola. Cuando aprietas el gatillo el gas impulsa las municiones por el cañón hacia el blanco. Para cargar una pistola de aire comprimido es necesario instalar el cartucho y las municiones.

Comprueba la recámara de la pistola de aire comprimido, asegurándote de que esté vacía y el arma esté descargada. Coloca el seguro de la pistola de aire comprimido para evitar que se dispare.

Retira el panel de agarre de la pistola de aire comprimido o afloja y quita el tornillo grande en la parte inferior de la empuñadura girando hacia la izquierda para aflojarlo y quitarlo.

Inserta un cartucho de 8 gramo en el mango de la pistola de aire comprimido y aprieta el tornillo de forma que el cartucho se mantenga en su lugar. No aprietes el tornillo hasta el punto de perforar el cartucho con la punta.

Carga las municiones en el pistola basándote en el modelo particular. Tira hacia atrás el muelle de carga, por ejemplo, en algunos modelos para que las municiones se pueden cargar.

Apunta la pistola de aire comprimido en una dirección segura y aprieta el tornillo de la base de la empuñadura para perforar el cartucho de CO2.