Las aspiradoras mantienen nuestras casas limpias y frescas. Con el uso excesivo o la antigüedad, sin embargo, un motor de una aspiradora comienza a perder energía, causando el desgaste de otras partes y el debilitamiento de limpieza por succión de la aspiradora. A medida que el motor se esfuerza para funcionar, se vuelve más y más caliente, causando un sobrecalentamiento eventual. El resultado es un olor extraño y desagradable y una aspiradora que se niega a encenderse y a funcionar de nuevo. La mayoría de las veces este resultado es sólo temporal; hay pasos que puedes tomar para reparar el problema y evitar que vuelva a ocurrir.

Limpia el recipiente de la aspiradora después de cada uso (incluso durante un trabajo de limpieza si observas que el recipiente está parcialmente lleno) o cuando la bolsa esté en un 75 por ciento completa si tu aspiradora necesita una bolsa de filtro. Cuando el recipiente o la bolsa del filtro se llena demasiado, la suciedad y el polvo en el interior se desborda y abre su camino en el funcionamiento interno de la aspiradora; además esto impide que la aspiradora recoja más desechos. Una vez dentro, estos desechos pueden obstruir la aspiradora o acumularse en el motor, los cuales pueden causar que el motor de la aspiradora se sobrecaliente. La eliminación de la fuente de los residuos ayuda a que la aspiradora se ponga en marcha otra vez y evita problemas futuros.

Comprueba la aspiradora de manera que no hayan obstrucciones. Examina todas las mangueras, los accesorios, los cepillos por la suciedad, el pelo y escombros que puedan estar agrupados. Examina las escobillas específicamente para ver si tiene cuerdas, pelos, hilos, desechos de la alfombra, incluso juguetes que puedan quedar atrapados en el cepillo y evitar que se mueva correctamente. Estos tipos de obstrucciones e interferencias impiden el flujo de aire adecuado en la aspiradora, causando el recalentamiento. La eliminación de obstrucciones libera el flujo de aire y hace que la aspiradora funcione nuevamente.

Comprueba la correa en su posición sobre el cepillo giratorio. El motor acciona la correa (junto con la succión de la aspiradora), que a su vez hace que el cepillo de rodillo gire. Las obstrucciones que impiden que el cepillo se mueva pueden proceder de una correa rota. Las correas también se rompen con el tiempo, el uso excesivo o simplemente porque vienen defectuosos de fábrica. Cuando se rompe una correa, el motor puede dar vueltas en exceso, ya que la correa y el rodillo ya no dan resistencia al motor. Un motor con exceso de trabajo se sobrecalienta. Reemplaza una correa estirada o rota para ayudar a resolver este problema.

Mira el filtro de aire. Los filtros de aire están situados en diferentes lugares en las aspiradoras. El trabajo del filtro de aire es limpiar el aire que fluye a través de la aspiradora y extraer cualquier suciedad, polvo y pelo que encuentra su camino hacia adentro. Como con cualquier filtro de aire, éste se llena, éste se ensucia, se llena y se atasca con el tiempo, disminuyendo la velocidad a la que se mueve el aire. Cuando esto ocurre, el motor trabaja más duro para forzar el aire alrededor a su velocidad normal. Entonces, el motor se sobrecalienta. Limpia el filtro de aire con un paño húmedo para resolver este problema. Deja que se seque completamente.

Deja que la aspiradora se enfríe. Después de que los pasos de mantenimiento se han realizado, lo principal es permitir que el motor se enfríe. Un motor caliente a menudo no se ejecuta correctamente y la mayoría de las aspiradoras cuentan con instrumentos especiales por dentro que las apagan automáticamente cuando se produce un recalentamiento para evitar daños graves y accidentes. Una vez que se realiza el mantenimiento y la aspiradora se enfría, debería de funcionar con normalidad una vez más.