El BMW se ha convertido en un símbolo de estatus en los Estados Unidos. El automóvil alemán se produce en una variedad de marcas y modelos, todos con el lujo y la precisión como idea fundamental. Esta precisión es la que hace que sus partes de trabajo sean mucho más susceptibles al desgaste. Un sensor de oxígeno defectuoso, un componente relativamente pequeño del sistema de suministro del combustible, puede tener un gran impacto sobre la economía de combustible y el rendimiento del motor en el BMW. Un conductor observador prestará atención a sus síntomas y abordará la cuestión antes de que el fallo se convierta en la necesidad de realizar un reemplazo completo.

Pobre economía de combustible

Los motores BMW funcionan con inyectores de combustible y, por lo tanto, dependen en gran medida de la relación de combustible y aire empujado por la bomba de combustible en el bloque del motor. Un mal funcionamiento del sensor de oxígeno puede reducir la cantidad de flujo de aire junto con el combustible, provocando que demasiado combustible entre al motor durante la combustión. Esto, obviamente, consume la gasolina mucho más rápido de lo normal, y el conductor puede encontrar que no puede llegar tan lejos con un tanque lleno de gas como lo hacía antes. Una alteración de la mezcla de aire y combustible también producirá un aumento de las emisiones, debido a la combustión excesiva o insuficiente en el motor del BMW.

Ralentí áspero

Los sistemas de encendido y de aceleración en un BMW tienen componentes electrónicos avanzados haciendo que la sincronización sea algo crítica para mantener al automóvil funcionando correctamente. Un sensor de oxígeno defectuoso puede alterar el tiempo del pistón provocando un ralentí áspero y una eficiencia reducida. El conductor experimentará un traqueteo o algún grado de estremecimiento por debajo del capó, que se irradia a través del volante. Lo más probable es que un ralentí áspero proporcione dudas en el motor cuando el vehículo intente acelerar. Esta vacilación es el resultado de la lectura incorrecta de la mezcla de aire y combustible de un sensor de oxígeno dañado que fluye en el motor, provocando un suministro de combustible inadecuado.

Los fallos del motor

Nada es tan vergonzoso como el sonido del escape de un automóvil en el tráfico. Un mal funcionamiento del sensor de oxígeno puede causar un problema para el automovilista debido a un suministro magro de combustible introducido en el motor. Mucho o muy poco combustible altera la forma en que un motor explota (causa combustión) con la gasolina, resultando en una aceleración y un rendimiento impredecible. Cuando esto ocurre en el colector de admisión se producirá una explosión atronadora, la cual es el sello de un motor funcionando mal.