Una transmisión continuamente variable o CVT (por sus siglas en inglés) utiliza un sistema de engranajes cónicos o poleas para permitir una relación de transmisión continuamente variable. Esto permite que el motor funcione siempre con la máxima eficiencia y rendimiento, en contraste con las transmisiones convencionales que tienen un número fijo de relaciones de transmisión entre las que hay que elegir. Las CVT de automóviles están equipadas con amplios sistemas de vigilancia electrónicos para asegurar que el interior de la transmisión esté funcionando de forma correcta. Por lo tanto, puedes solucionar prácticamente cualquier problema accediendo al sistema de diagnóstico de la unidad de control del motor.

Observa el indicador de disposición del vehículo. La mayoría de los problemas con el funcionamiento interno de la CVT activarán la luz de "revisar motor", la cual a menudo se indica con un símbolo de motor iluminado. Así también, algunas CVT están programadas para titilar una de las luces indicadoras de velocidad como luz de sobremarcha, cuando ocurren problemas en la transmisión.

Conecta un lector de códigos para un diagnóstico del motor al puerto de diagnóstico, que se encuentra por lo general debajo del tablero de instrumentos del lado del conductor. La unidad de control del motor o ECU (por sus siglas en inglés), supervisa las fallas de la transmisión y almacena un código de error cuando se producen estas fallas de funcionamiento. Si no dispones de un lector de diagnóstico ECU, muchos centros de servicio automotriz ofrecen el servicio gratuito de lectura de códigos ECU.

Estudia los códigos de error que arrojó el lector de diagnóstico para solucionar los problemas de la CVT. Cada componente con fallas incluye un código de error único así como una breve descripción de la avería. Para una explicación más detallada del código de error, contacta con el departamento de servicio del fabricante del vehículo.

Revisa el nivel del líquido de la CVT. Accede a la varilla de nivel de líquido de la CVT, por lo general ubicada en el compartimiento del motor más bajo. Retira la varilla y limpia todo el exceso de líquido. A continuación, vuelve a insertar la varilla y remueve el líquido una vez más. Esto deja una marca precisa sobre la varilla, la cual indica el nivel de líquido. Compara el nivel de fluido con el nivel recomendado por el manual del propietario del vehículo.

Seca una generosa cantidad de fluido CVT con una toalla de papel limpia y plana. Deja que el fluido se asiente y luego observa el color y consistencia de la mancha. El fluido CVT bueno producirá una mancha consistente dispersa de color marrón claro. En contraste, el líquido gastado producirá una mancha oscura y densa en la toalla. Esto se debe a la contaminación del fluido, como la oxidación. Vacía y reemplaza el líquido dañado con el líquido de transmisión nuevo según lo recomendado por el fabricante del vehículo.