Los sistemas de calefacción radiante suministran calor directamente en las almohadillas colocadas dentro de una pared o en un sistema de suelo para permitir que el calor se transfiera desde la superficie a las personas u objetos en una habitación. A diferencia de los sistemas de calefacción y refrigeración tradicionales, tales como los sistemas de aire forzado, la calefacción radiante transfiere calor directamente a las personas y objetos, y no trata de calentar el aire dentro de una habitación.

Proceso

Un sistema de calefacción radiante puede ser alimentado por numerosas fuentes, incluyendo el aire, el agua y la electricidad. El uso de agua es común como fuente de energía. Esto se conoce como un sistema hidrónico, donde se calienta un fluido usando una caldera o un horno antes de ser pasado al sistema de calefacción de una habitación. Los sistemas de calefacción radiantes se basan en la convección o en la circulación de aire en una habitación para transferir el calor, un proceso conocido como radiación infrarroja. Los diferentes tipos de sistemas de calefacción radiante utilizan los mismos principios, pero funcionan de maneras diferentes, por ejemplo, un sistema de suelo radiante funciona de manera diferente que un sistema instalado como un panel de pared.

Costo

Los sistemas de calefacción radiante pueden proporcionar un ahorro significativo en el uso y la eficiencia de la energía. Como un sistema cerrado, muy poca energía de calefacción se pierde, lo cual puede ser el caso de los sistemas de aire forzado que pierden calor a través de los conductos. Los sistemas hidráulicos requieren poca energía para generar calor, según el Departamento de Energía de los EE.UU., lo cual es importante en las áreas con precios altos del gas natural o de la electricidad o en las áreas fuera de la red principal de electricidad. Un sistema de calefacción radiante puede ser dividido en zonas para permitir que el calor viaje sólo a una habitación, lo cual reduce la cantidad de energía para calentar las habitaciones perdidas que no están en uso. A pesar de estos ahorros en los sistemas de calefacción radiante, estos pueden ser más caros que los sistemas de calefacción y refrigeración tradicional en cuanto a su instalación, informa la Extensión de la Universidad de Wisconsin.

Calor

La instalación de un sistema de calefacción radiante puede proporcionar una serie de beneficios en las estaciones frías, como el invierno, donde los sistemas de suelos pueden proporcionar suelos calientes en temperaturas frías. La falta de aire forzado que circula en un edificio puede reducir el número de corrientes de aire frío que se encuentran dentro de un edificio. Los sistemas de calefacción radiante rara vez proporcionan una refrigeración de edificios en zonas con veranos cálidos y húmedos, la mayoría de los sistemas de calefacción radiante requieren un sistema separado para ser instalado para enfriar un edificio, lo cual aumenta los costos. Puede haber un período prolongado para que el sistema de calefacción radiante alcance la temperatura requerida, lo contrario también es cierto con un largo tiempo requerido para que el enfriamiento tenga lugar. El sobrecalentamiento de los sistemas de calor radiante puede ocurrir cuando el sistema de calefacción requiere un largo tiempo para enfriar la habitación y recibe una gran cantidad de radiación solar.

Alergias

Las personas con alergias graves pueden tener algunos síntomas reducidos con la instalación de un sistema de calefacción radiante debido a la falta de movimiento del aire que lleva el polvo y el polen alrededor de un edificio. Los sistemas de calefacción tradicionales pueden incluir la limpieza del aire y la ventilación dentro del sistema, que los sistemas radiantes no incluyen.